todos los asuntos que se pueden vivir en el lugar más loco de santiago
malas ondas en la facultad, malas notícias de la vida y con cara de enojo tomando metro a casa. nada muy de colmos, pero fin de año asqueroso me toca vez por medio y no me agrada.
ni siquiera con ánimos de sacar un libro del bolso, sólo oía músicas y esperaba en el andén con el ceño fruncido.
al frente, estaba el tren contrario. conmigo no miré nada más que el suelo todo el tiempo. cuando sonó el cierre de puertas del vagón frente a mí, levanté la mirada y ahí un chico de unos quince años me lanzó un beso y mostró los dientes inocente.
quedé mirando el vacío mientras se iba su tren y luego el gesto me hizo sonreir. de ahí me relajé.
vale, chico.